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BOTS: respuestas sin sentido, perfiles multilingües, expertos en todo.

Por Justo Chopitea

Un usuario hace un twit interesante o divertido y no tardan en aparecer las respuestas: “@recuerdamebot Recuérdamelo el 17/04/2025”. O “@screenshoter”, seguido de una imagen que replica exactamente el twit original. Los bots no son una novedad en el antiguo Twitter y son capaces de cumplir funciones útiles para los usuarios, pero su crecimiento ha superado la utilidad que tenían en un principio. 

En 2022, antes de comprar Twitter, Elon Musk casi se echa atrás con la compra por la gran cantidad de bots generando spam que había en la plataforma. Pero algo debe haber cambiado su parecer, dado que terminó haciendo una oferta multimillonaria que fue aceptada, transformando la app del pajarito celeste en la nueva X. Y a pesar de las críticas que había hecho Musk a la red social, poco cambió para los twitteros en lo que a bots refiere. 

El spam es molesto porque interfiere en nuestro scrolleo y muchas veces no tiene nada que ver con lo que estamos viendo, no tiene coherencia en sí mismo o lanza verdades al mundo que distan bastante de estar chequeadas. Y algunas veces es indignante porque van un paso más allá: intentan robarnos datos o lograr que hagamos clic en un enlace de dudosa procedencia. 

Screenshot

La metodología de los bots de X no es nada que no hayamos visto antes en nuestra casilla de mail o en nuestros MDs de Instagram. Nos tientan buscando darnos en nuestro punto débil, que usualmente es la calentura del cuerpo o de la billetera. 

¿Qué tiene que ver un enlatado con lo que está pasando en la nueva X? La palabra spam viene del inglés y significa jamón condimentado. En una época de crisis económica para EEUU y el Reino Unido, las latas de esta conserva estaban por todos lados. Era tal la insistencia con la que querían encajar este producto en el mercado que la gente se hartó de que les spamearan las góndolas y las alacenas. Y tal vez ese jamón no sea recordado por ser un manjar, pero su nombre sirvió después para nombrar la infinidad de contenido basura que nos pone internet en nuestro camino.

Tetas en mi perfil” “Pussy in my bio”. Si sos twittero, este spam seguro te suena: desde principios de este año (y tal vez antes) los bots sexuales han invadido X. No importa el tema del twit, da igual si es un posteo de algún furioso contra la producción de Gran Hermano, un opinólogo haciéndose el picante con su tilde azul o una discusión sobre un partido de fútbol. Si está midiendo bien, lo más seguro es que el twit tenga varias respuestas que se repiten como un rezo. Es el nuevo y ¿mejorado? “Hay maduras calientes en tu zona”.

Y aunque este mantra de porno robótico puede sonar cansador, de alguna manera debe estar funcionando. No importa cuánto denuncies y bloquees, siempre habrá nuevos bots inundando de mensajes sexuales cada hilo de Twitter con mediciones relativamente buenas. Y encuentran nuevas formas de ocupar espacio en la red. Lentamente sus textos empezaron a verse más espaciados, con caracteres raros entre las letras de sus mensajes repetitivos, que de alguna manera seguro les evitan ser baneados o logran obtener más impresiones. 

De todos modos, no son los únicos. Los bots de X están creciendo a pasos agigantados, variando su contenido insinuante a, por ejemplo, videos random que replican en cualquier twit. Edits de famosos, videos graciosos, inspiradores o clips de destinos maravillosos para viajar. Cualquier cosa que llame la atención sirve.

Incluso hay algunos bots que están diseñados para leer las respuestas de un hilo y generar un twit con inteligencia artificial que toma algunas de las palabras más mencionadas en esa conversación. Lo gracioso es que, al entrar al perfil de quien lo ha publicado, suelen ser usuarios del otro extremo del mundo que no hablan en español y que interactúan con otros usuarios en múltiples idiomas, a una velocidad que ni un twittero full-time podría mantener. 

Algo en común que suelen tener muchos bots de X es la tilde azul al lado de su nombre. Desde que Musk cambió el sistema de verificación en su red social, el juego cambió para todos. Ahora, quien está suscrito tiene más chances de ser visto, a la vez que puede ganar algo de dinero a cambio. Los usuarios Premium o Premium + pueden recibir algo de las inversiones de los anunciantes que se muestran en las respuestas a sus tuits. Y ahí parece que está el negocio de muchos: a más contenido publicado, más reacciones y más ganancias. El riesgo de hacerlo con un bot es que pueden suspender tu cuenta si se enteran, pero, como una máquina clonadora, siempre se pueden crear nuevos bots a fuerza de programación y chat-GPT. 

La trampa ya está diseñada, los bots dejan el queso sobre la pantalla y nuestra atención es el ratón que lo va a olfatear. Hoy en día, hay bots para todo tipo de consumidores de las redes. Los llaman ‘bots con personalidad’, dado que pueden estar muy especializados en un tema concreto y generar contenido por sí mismos, un usuario más, con el mismo estatus que el resto.

Algunos aseguran que este es el principio del fin para X. Existe una palabra en inglés para definir el punto en que las plataformas empiezan a ir cuesta abajo para sus usuarios: enshitification. Significa literalmente “enmierdización”, algo parecido a entrar al supermercado y no ver más que góndolas y góndolas llenas de jamón enlatado, sin ningún alimento fresco a la vista. Queda por ver cuánto de ese jamón nos comeremos sin darnos cuenta antes de crearnos un perfil en la próxima red social.

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