El estereotipo de macho y su paradójica relación con el homoerotismo nunca fue mejor representado que en la lucha libre deportiva, y se viene una temporada olímpica para disfrutar del espectáculo una vez más. Tal vez los ojos cargados de deseo no nos dejan ver con claridad, pero este deporte tiene una gran tradición por detrás que lo consolidó como uno de los elementos centrales de las Olimpíadas de la era moderna.
La historia de la lucha deportiva es tan larga que podemos encontrar las huellas reales más antiguas de su práctica en la época de los sumerios, aproximadamente en el 2300 a.C. Las primeras competiciones arbitradas aparecen en numerosas fuentes, como en la Epopeya de Gilgamesh o en algunas esculturas y bajorrelieves.
En el Antiguo Egipto también hay vestigios históricos y arqueológicos de la lucha libre. Entre ellos, están los dibujos descubiertos en las tumbas de Beni-Hassan que representan 400 parejas de luchadores, lo que indica la existencia de verdaderas corporaciones de atletas, con sus reglas de lucha y códigos de arbitraje.
Tan fuerte es la presencia de esta disciplina en distintas culturas antiguas que muchos sostienen que se trata de uno de los deportes más antiguos de la humanidad. Y desde que existen dos cuerpos sudados, forcejeando mientras intentan dominarse el uno al otro, ha habido un trasfondo homoerótico en este combate sumamente físico.
En la Antigua Grecia, la lucha era considerada una ciencia y un arte divino, y representaba el entrenamiento más importante para los jóvenes. Según la tradición, los atletas luchaban desnudos, con el cuerpo untado de aceite de oliva y cubierto con una capa de arena muy fina para proteger la piel de la luz solar o del frío durante el invierno. Después de luchar, solían raspar esta capa con un instrumento llamado strigil para después lavarse con agua.
Para ese entonces, los combates eran similares a los de la lucha libre actual, como muestran los dibujos e inscripciones de la época. El competidor que primero tiraba o derribaba a su oponente era proclamado vencedor. El más famoso de todos los luchadores fue un alumno de Pitágoras, Milón de Crotona, que fue seis veces campeón olímpico. Cuenta la leyenda que, al intentar cortar un árbol con sus propias manos, sus dedos quedaron atrapados en el tronco partido y fue devorado por un león. Un final bravo para un luchador bravo.
Si llama la atención el condimento nudista que tenía esta disciplina en la antigüedad, toca recordar que, en los Juegos Olímpicos Antiguos, los atletas solían competir desnudos en varios deportes para, entre otras cosas, evitar la participación encubierta de mujeres. Incluso, hay fuentes que afirman que los mismos entrenadores o maestros de los competidores debían permanecer desnudos, recluidos en un recinto especial mientras se disputaban las pruebas.
Esta regla figura entre otras que prohíben la participación de esclavos y extranjeros en los Juegos, y que prohíben la presencia de mujeres casadas en el público, entre otras cuestiones orientadas a asegurar que los Juegos se lleven a cabo de manera “limpia”. Muy distintos eran los mandatos sociales y los objetivos de la competencia de por sí, y sin embargo, la lucha consiguió su estatus de permanencia en las Olimpíadas hasta el día de hoy.
Pero, ¿cómo se reinventó la lucha para seguir vigente?
Durante los Juegos Olímpicos Antiguos, a partir del año 708 a.C., la lucha era la disciplina decisiva del Pentatlón, que comprendía un paso por el lanzamiento de disco, la jabalina, el salto en largo y la carrera a pie. La lucha era la última competencia que se disputaba y designaba al vencedor del Pentatlón, el único atleta coronado de los Juegos.
A pesar de la larga interrupción que sufrieron los Juegos Olímpicos luego de su desarrollo durante la Antigüedad, la lucha nunca dejó de practicarse de manera amateur en diferentes partes del mundo. De hecho, en Mongolia, Turquía, India, España y hasta en Argentina hay largas tradiciones de lucha deportiva, pero llega a ser extremadamente distinta en cada cultura. Por ejemplo, en Turquía, el deporte nacional es el Yağlı güreş, un tipo de lucha en el que los competidores están bañados en aceite de oliva y solo visten unos pantalones de cuero llamados “kispet”, que pueden pesar más de 10 kg cuando están empapados de aceite. Estos combates se pueden ganar haciendo un movimiento que consiste en agarrar al rival por el kispet o incluso metiendo la mano dentro del mismo para derribarlo. Sin embargo, antes de que vayan corriendo a anotarse, les avisamos que agarrar por la entrepierna está prohibido en este deporte de mucho contacto. Lo que sí se puede es agarrar una nalga, hasta ahí llega el mandato turco.
En Francia, antes de la profesionalización de la lucha libre en 1830, los atletas que no tenían acceso a la élite del deporte formaban compañías que recorrían el país mostrando su talento. Los luchadores eran presentados con nombres como “el devorador de acero”, “el destructor de huesos” o “el buey de los bajos Alpes” y retaban al público a derribarlos a cambio de dinero. En 1848, el showman francés Jean Exbroyat creó la primera compañía circense de luchadores modernos y estableció como norma no ejecutar agarres por debajo de la cintura. Llamó a este nuevo estilo “lucha de manos planas”.
Este fue el origen de la lucha grecorromana que hoy día vemos en las Olimpíadas, incorporada en 1896 con los primeros Juegos de la era moderna, ya que se consideraba que mantenía el mismo espíritu que la lucha antigua. Recién en 1901 se incorporó la lucha libre como otra categoría a disputarse, una variante con una larga tradición en Estados Unidos y Gran Bretaña, especialmente en las ferias del siglo XIX. Para la lucha libre femenina hubo que esperar un poco más, ya que recién se incorporó en los Juegos de Atenas del 2004.
Y listo, ahora tenés data #MuyFetiche para ponerle un poco de contexto a tu calentura cuando veas cómo se manosean los atletas en estas Olimpíadas. El programa para esta disciplina empieza el 5 de agosto y se divide en estilos grecorromano y libre, con sus categorías masculina y femenina según el peso de los deportistas. Te dejamos el link del calendario oficial acá.