Es 2010 y salís a bailar. La gente grita el estribillo a todo pulmón: “hoy es noche de sexo, voy a devorarte, nena linda”. Nadie se puede resistir, se perrea hasta el piso en un ciclo infinito de Daddy Yankee, Don Omar y Wisin & Yandel. Hasta los más inhibidos se dejan llevar por el ritmo pegadizo y las letras sin filtros. Los hombres miran desde la barra a las mujeres bailando en grupitos, algunas parejas chapan a un costado.
Muchas cosas pasaron en pocos años y en medio de esa vorágine cambió la forma de producir música, el mercado se abrió. Cada quien hace su arte en su computadora y, así, una nueva forma de perrear empezó a gestarse: el reggaetón del futuro o (como bien lo llamó en 2016 una de sus precursoras, la chilena Tomasa del Real) el neoperreo llegó de muchos lados a la vez.
Pero ¿qué es el neoperreo? Es un nuevo género que tiene tantas interpretaciones como artistas, todas creciendo rápidamente. Desde lo musical, podría decirse que es una rama del reggaetón que mezcla elementos de este ritmo latino con otros de la música electrónica industrial, de las raves y el clubbing. Desde lo lírico, las canciones hablan desde otra perspectiva, dándole una vuelta de tuerca a un género machista por definición.
“Para mí es una ola artística que habla de una realidad menos hermosa. Es hablar sin censura de la libertad sexual, de las putas, de las relaciones.”
“Es un cruce de la era digital con la influencia del reggaetón en nuevos artistas. A mí me pasó que desde el momento que mi mamá me regaló un computador, yo me puse a cantar ese tipo de música. El neoperreo trajo a toda esta gente a mostrar su arte y nos fuimos dando cuenta que la mayoría eran mujeres, gays y transexuales. Es una nueva rama del reggaetón.” – Tomasa del Real en 2018 para La Tercera
En realidad, algunas de las protagonistas no se definen como feministas, y muchas podrían decir que las letras de estos nuevos temas no ilustran ningún progreso. Pero aunque el neoperreo nos ponga el sexo ahí, resaltado con tangas enrevesadas, quienes están en el escenario cantando y moviendo el culo son mujeres, casi sin machos a la vista.
No es que se haya dejado de hablar de sexo o de sexualizar a la mujer. Al contrario, ahora son las mujeres las que hablan de sexo y lo hacen de una manera muy explícita, generalmente mientras hacen una performance física demandante que se parece a un sueño húmedo. Y así, de la forma menos pensada, el reggaetón volvió al underground en el que nació, pero transformado.
Podemos pensar en algunas pioneras que empezaron a hacer reggaetón desde la era en que las letras eran misóginas por obligación, como Ivy Queen. Ella hizo música dentro de ese género sin caer en los mismos temas misóginos y sexualmente básicos de siempre.
Pero el neoperreo va un paso más allá en evolución, dado que combina un nuevo punto de vista con una virtualización del género, con beats bajados de internet y voces pasadas por autotune. Potenciado por la pandemia y acompañado por una estética nueva, este movimiento logró ser disruptivo con mandatos tanto machistas como feministas para ofrecer una nueva forma de mover el culo, más libre que nunca.
El hombre deja de ser el público objetivo y los elementos toman otro sentido. Eso se ve reflejado en la estética, sostenida por el público con mucho montaje que oscila entre lo trash y lo gótico, muy alejada del estilo urbano y a tono con la moda celeste y rosa de los 2000. Sacarse las cejas, tatuarse y mover el culo en primer plano es una forma de decir “esto no lo hago para un hombre, lo hago para mí”.
Y no se trata solo de ser protagonista de la escena sino también de construir un lugar donde todos los cuerpos son bienvenidos, donde el público puede ponerse cómodo. Hoy en día ya hay grandes fans de esta movida musical, que van a estos espacios a perrear con la seguridad de que no habrá discriminación, toqueteo ni abuso.
Sin lugar a dudas, hay algunos hombres en la escena del neoperreo, pero en general optan por quedarse en los sonidos más cercanos al reggaetón tradicional, ligado a sus orígenes de Puerto Rico. Acá nos queremos detener sobre las mujeres que son las verdaderas protagonistas de este nuevo género. Particularmente en Sudamérica hay muchas, tal vez las precursoras y la mayoría, pero también en otras partes del continente y en Europa hay algunas figuras que vale la pena destacar.
Six Sex es una de las que domina la escena actualmente, al menos en Argentina, pedaleando sobre su bicicleta fija con unos glúteos que saludan para la ocasión. Si hay algo que prende fuego al público es el nivel de show que hace, tanto ella como su equipo de bailarinas. Dice que ensaya fantaseando con el momento de tocar en vivo, y esa energía se nota.
Si la música de Six Sex cupiera dentro de un género, sería, en sus propias palabras, en el “ravetón”. Esto porque fusiona sonidos de la escena rave con ritmos del reggaetón y, según cuál disco escuchemos, con una fuerte impronta del pop.
“A nivel nacional siento que se abrió mucho el panorama en los últimos años. No es solo trap o reggaeton, está pasando algo nuevo. Los artistas ya no se quedan con un solo género. No hay tantos límites, se escucha en el sonido y se ve en la estética.” – Six Sex en 2020 para NEO2
Otra referente y gran pionera del género fue Ms Nina, cordobesa residente en España, que rompió internet cuando subió su tema “Tu Sicaria” en 2017, un hitazo con todas las letras.
Ella afirma que el reggaetón ha recibido muchas críticas por sexualizar a la mujer pero eso es algo que pasa en muchos géneros musicales.
“En el reggaetón hay cosas con las que no estoy de acuerdo, aunque creo que todo es en juego, un juego de palabras, de calentón. Como todos están calientes, se pueden decir ‘burradas’” – Ms Nina en 2020 para GQ
Tal vez siempre se trató de un juego que no era para todos, así como hoy el neoperreo tampoco busca gustarle a todo el mundo. Quien quiera puede perrear, pero cada juego tiene su propia dinámica. Es interesante pensar cómo, así y todo, este género surge de la creatividad en la soledad, de la posibilidad de buscar referencias propias y filmarse a una misma. Una autogestión con un impulso en común: la liberación de los cuerpos.
Una figura magnética de la escena actual es Isabella Lovestory, hondureña residente en Canadá.
“Yo era nerd de internet, de buscar nueva música, nuevas cosas… Entonces toda esa fusión ha hecho que a día de hoy mi sonido sea más una combinación, pero siempre voy a tener el reggaeton en mi sangre porque es la música que más me gusta, la más bailable y la más sexy.” Isabella Lovestory en 2022 para Acero
Ella tiene una búsqueda más romántica sin alejarse de lo erótico y pegadizo. Su primer EP surgió como una carta de amor a su mascota, y después de eso, nunca dejó de transformarse para buscar nuevos sonidos. Tiene una búsqueda muy visual, con mucha atención a sus looks y a la estética de sus videos. Las mariposas son un componente siempre destacado en su universo.
Taichu considera su música dentro del “hotcore”. Sus temas pueden englobarse dentro del pop, la música electrónica y hasta tiene una colaboración con Skrillex. Al escuchar Gabbana, uno de sus temas más conocidos, se detectan no solo muchas características del neoperreo sino un diálogo explícito con el reggaetón viejo, ya que toma frases textuales de algunas canciones.
A la par, la dificultad para catalogarla dentro de un solo género musical puede ser el motivo por el cual encaja a la perfección con esta línea de artistas que le dieron una nueva vida al reggaetón, sin límites musicales precisos pero siempre con referencias a la cultura LGBT+ y un relato del sexo y el deseo desde la mirada femenina.
Y no se puede hablar de música de club o de boliche sin mencionar a SOPHIE, artista trans escocesa que revolucionó la escena del electropop y la música rave. Tanto en su propia música como en su faceta de productora de artistas de la talla de Madonna, Kim Petras y Charlie XCX, incorporó sonidos que luego tuvieron su repercusión en el neoperreo.
Otra gran referente de los nuevos sonidos y texturas en la música electrónica industrial es la venezolana Arca, destacada por su estética transhumanista. Ella logró hacer una reconcepción del género alineada con una visión cultural totalmente nueva. Sus propuestas innovadoras en lo musical van en la línea de una nueva manera de pensar la identidad, algo que se hace evidente al ver sus videos.
Incluso Rosalía tiene rasgos propios del neoperreo. Aunque conjuga varios códigos musicales en uno, SAOKO es prácticamente una respuesta a un hitazo del reggaetón tradicional, de Wisin y Daddy Yankee, pero invirtiendo el lugar de la mujer. Esas mujeres que aparecían en el viejo tema como adornos cantando el coro “Saoco, papi, saoco” se ponen en el centro para pasar a ser las protagonistas, que serían la propia Rosalía y sus motomamis.
Es interesante ver cómo el neoperreo encontró una manera de ir en contra y a favor del reggaetón al mismo tiempo. En contra porque se compone de manera distinta, suena en nuevos lugares, mezclado con otros géneros y de la boca de nuevas artistas, pero a favor porque mantuvo su esencia y lo revivió en un momento en que el género parecía saturado.
Sin caer en la cancelación ni desmerecer las alegrías que nos ha dado, el neoperreo rescata un género musical que atravesó a varias generaciones y lo canta para un público nuevo, que antes era un nicho pero que ahora es sinónimo de tendencia. ¿Será que este es el nuevo mainstream? ¿O seguirá siendo un fetiche del under? Por las dudas hay que ir escuchándolo, no vaya a ser que no sepamos la letra en la próxima fiesta que vayamos a perrear.