El 23 de diciembre de 2013 salió su primer anuncio en Youtube: las Flos Mariae hacían su aparición estelar para difundir la palabra de Dios. 7 hermanas, su fe católica, el Windows Movie Maker y un sueño: esa fue la receta del éxito para un grupo tan singular que aún hoy se sigue hablando de ellas.
“Como una loncha de queso en un sandwich preso”: así comienza el hitazo musical que lanzó a la fama a estas hadas españolas, una frase que resonó incluso en este extremo del mundo entre los entendidos de la cultura católica under. Producciones independientes si las hay, desde las letras hasta la página web y los videos, todo fue autogestión para las hermanas Bellido Durán.
Su estilo no es para todos, no solo por cuestiones de creencia sino también por su estética, que desafía los límites entre lo pegadizo y lo deprimente, entre la ironía y la seriedad. Por este motivo han sido objeto de crítica y burla, yendo mucho más allá de su música, una mezcla impensada entre letras católicas y bases electrónicas que ha dado origen a un género musical nuevo. Aquí lo artístico se cruza con lo personal, ya que tienen una historia polémica que ha dado bastante que hablar.
Lo cierto es que cantaron y se viralizaron por un propósito y una promesa: al ver la salud de su madre en riesgo por un tumor maligno, en 2013 las hermanas juraron a la Virgen y a Jesús propagar la fe católica a través de la música. Y lo hacen, según informa su página web, “por devoción y promesa a la Virgen María, Madre de Dios, y no por vocación a ser cantantes, aunque sí les gusta cantar y se esfuerzan para dar lo mejor a Dios”. Después habrán tenido sus fans y sus haters, pero cumplieron su cometido. Hasta el día de hoy, con el grupo disuelto y su madre fallecida, las recordamos por sus videos lisérgicos y su música, única en su tipo.
Calificada de kitsch o feísta, la estética de las Flos Mariae nos retrotrae a los primeros programas de edición de video o incluso a las tipografías para titulares del primer Microsoft Word. Más allá de si gusta o no, es innegable que hicieron algo original y llamativo, por algo fueron parte de las primeras figuras en internet que experimentaban lo que era viralizarse.
Aunque su mensaje era sobre la palabra de Dios, el grupo musical de las 7 hermanas no estuvo libre de polémica. Para empezar, forman parte de una familia mucho más numerosa, ya que son 16 hermanxs en total, de los cuales algunos denunciaron una realidad mucho más turbia de lo que se mostraba en Youtube. Niños sin escolarizar, notorias diferencias entre hermanos y hasta la posibilidad de que todo termine en un suicidio colectivo: estas son algunas de las cosas que expusieron los miembros de la familia que quedaron relegados a un segundo plano por no pertenecer al grupo musical.
Y al final, todo terminó diluyéndose unos años después de la muerte de la matriarca. Lentamente, las hermanas Bellido Durán comenzaron a tener cada vez más diferencias, hasta terminar convirtiéndose en 2 grupos por separado: las Mariah’s Pop, que continuaron fieles con la promesa hecha a su madre, llevada al extremo, y 4HBD, quienes se abrieron del grupo por diferencias con el resto de sus hermanas, las que, según ellas, tomaron decisiones erróneas y rompieron el grupo.
Sin embargo, las Flos Mariae saben cómo mantener el negocio a flote. Aprovechando sus miles de seguidores, durante su estrellato tuvieron otros proyectos digitales, como un portal de citas exclusivo para católicos. Al día de hoy, algunas de las hermanas tienen un sitio web para comprar ropa y otros artículos con la estética de sus videos, que a esta altura son icónicos. Si les interesa pueden verlos en https://www.maxmund.com/
Motivos sobran para comprender por qué las Flos Mariae fueron objeto de inspiración de los Javis para La Mesías, serie que se está estrenando en Max Latinoamérica, aunque sabemos que la historia del guión mezcla escenas de la realidad con ficción. Aún así, el éxito no les ha ahorrado críticas a la dupla creativa, ya que el público señala que esta es la tercera vez que los Javis toman un caso de la vida real para representarlo en una de sus taquilleras series, a pesar de que las protagonistas de la historia real se opongan a ser objeto de inspiración.
Más allá de la polémica, la realidad es que resulta difícil resistirse a una historia así, donde los límites entre las creencias y la realidad se tuercen hasta preguntarnos ¿cuánto de esto es verdad y cuánto es ficción? Tal vez, esta vez, todo sea más de lo imaginable.