Conocido por sus potentes obras figurativas, Chase explora la relación entre los espacios públicos y domésticos, centrándose en las experiencias de los cuerpos negros queer y las huellas que dejan en su entorno.
«Quiero enfocar en los momentos interiores: esos momentos domésticos, suaves y tiernos. Estaba pensando mucho en la comodidad y la vulnerabilidad; en existir sin disculpas en tu propio espacio. El mundo exterior es caótico y duro, y creo que la gente debería considerar intentar ser más suave.» Jonathan Lyndon Chase.
Entre sofás antiguos intervenidos, esculturas de gatos y lámparas con piercings, cada detalle invita a una reflexión profunda sobre la complejidad emocional y la vulnerabilidad de los espacios domésticos. La instalación evoca una familiaridad inquietante, donde los objetos narran historias personales y colectivas.
Inspirándose en la última colección de Acne Studios, Chase incorpora elementos del vestuario en sus obras, como figuras que lucen vestidos y la utilización de telas que dialogan con los materiales de la colección. El resultado es un espacio que no solo enmarca la moda, sino que también invita al espectador a reflexionar sobre la relación entre nuestras emociones y los entornos que habitamos, así como la delicada tensión entre la fragilidad y la fortaleza.